28.6.08

El nacimiento de la tristeza

Era una isla gigante. Era un continente pequeño. Lo empequeñecieron los hombres de barba y barcos y armas. En aquella tierra un hombre se levantó de las arenas, tuvo hambre, y conoció a otro hombre y a otra mujer. Lloró. Cerró los ojos y pensó en un mundo futuro, donde el raspón que tenía en la rodilla no se le contagiara a todo el cuerpo y no le debilitara el espíritu. Se lo dijo a la mujer, con sólo mirarla. El otro hombre que había conocido murió devorado por un tigre. Gritó, gritó, gritó, tan fuerte, gritó, tan fuerte que el desierto se destrozó y dejó de ser desierto para ser ciudad y civilización y barbarie y confusión. El hombre tuvo un hijo con la mujer. El grito cesó por un instante. (Pero llegarían los hombres de barba y barcos y armas y el hijo del hijo del hijo del hijo de ese hijo que ahora tenía el hombre moriría esclavizado). Lloró tanto por sobrevivir. Por las mañanas temía por su vida al cazar, pero por las noches se recostaba y miraba el cielo y las estrellas que todavía no se llamaban estrellas y sentía el corazón henchido de compasión y de alegría, sólo por ver las estrellas: alguien lo miraba, algo había más allá, algo que no comprendía pero que sin dudas existía. ¿Cómo no existir? Lo estaba viendo: eran las estrellas, era la enorme luna como un dios hermoso, la oscuridad que lo sobrecogía. Luego, el sol salía y un pájaro lo despertaba, no había sonido más hermoso que el del pájaro que lo despertaba. Intentó imitarlo, silbando, gimiendo, y golpeando piedras imitó los truenos. Ese día cazó un tigre. Usó la piel para disfrazarse de luna, y danzó bajo las estrellas, alrededor del fuego, silbando y gritando y golpeando piedras. La noche era un manto de misterio. En el camino de su vida encontró a muchos hombres, y con un esfuerzo inexplicable se comunicó con ellos. Eran sus hermanos. ¿Dónde termina todo esto, esta tierra?, les preguntaba. Y ellos le decían: no termina nunca, miramos la vastedad como la gota de río mira la costa distante. Eso le decían. Pasaron muchos años que los hombres llenaron con historias y con dioses que eran amigos, y pasaron más años, hasta que el hombre de barba y barcos y armas asesinó todo, hasta las noches y las lunas. Le pusieron rejas a la tierra y le dijeron al hombre que dejara las piedras y los bailes, que más allá había más tierra, sólo eso, y que era de ellos, de los hombres de los barcos, y que después no había nada, que el cielo era hastío, que la luna una piedra, que las estrellas estúpidos fuegos, todos soles que se apagarían. El hombre bajó la cabeza y se puso a picar piedras. Pero cantaba. El hombre construyó pirámides sin entenderlas. Pero cantaba. El hombre tenía la piel rajada por el sol, el mismo sol que antes lo despertaba. Pero cantaba, recordaba al pájaro de las mañanas y cantaba. Otro hombre (el hijo del hijo del hijo del que había sido devorado por el tigre)le comentó que muchos sufrían como ellos, no tan lejos, y que los hombres del barco estaban por todos lados, que ya la tierra no servía más, que habían descubierto otras tierras y que los iban a llevar para allá. Y lloraron y se pusieron a cantar. Los metieron en un barco, viajaron días y noches sin comida, con ganas de morir, con miedo a la vida y no ya a la muerte. Llegaron a la tierra nueva. Los pusieron a plantar y recoger algodón. Al hombre los dedos le sangraban, y por las noches no cantaba, sólo quería cortarse las manos por el dolor. Días enteros lastimándose los pobres dedos lo hicieron odiar la tierra y hasta maldecir las estrellas. Se olvidó de todo, la bronca lo había bloqueado, le había quitado toda dignidad y memoria. Años oscuros pasaron, hasta que la pena, una pena profundísima, le iluminó el espíritu: debía unir el grito y el canto para ser libre. Así, mientras las manos se le partían al recoger el algodón, cantaba, cantaba acerca de la angustia con alegría, cantaba sobre las penas con alegría. Era su razón para vivir entre tanta tristeza. Las cosas, mágicamente, se volvían bellas, encontraban sentido. Cierto día le dijeron que era libre, que no tenía que recoger más algodón. Marchó a la ciudad. Se sintió desolado, aplastado por los edificios, y en una estación de trenes murió de neumonía. Su canto, no obstante, permaneció y "todo mi amor es en vano, todo mi amor es en vano, cuando el tren se marchó de la estación la miré en el ojo, cuando el tren se marchó de la estación y la miré en el ojo, bueno, me sentí en soledad, me sentí muy solo, y no pude evitar ponerme a llorar".

23.6.08

El casamiento

Anoche soñé que estaba en la calle, solo, y que me tiraban (¿quién?) botellas de Coca Cola; me tiraban tantas que me escondía en la calle antigua, bajo la tierra que luego sería cemento y me sepultaría para siempre, escondido en las cloacas, gritando sin voz, pidiendo auxilio sin que nadie me escuchara. Anoche soñé que me decías andáte, buscáte otro lugar, era un departamento confortable y me echabas, yo me iba pero me peleaba y apretaba los dientes. Anoche soñé que lo que estaba soñando era una gran historia, soñé que me despertaba y la escribía y que era una gran historia, y que finalmente las palabras fluían y todo encajaba maravillosamente bien. Anoche soñé que me despertaba y me volvía a dormir, y me despertaba y te abrazaba y me volvía a dormir, y vos no me abrazabas. Anoche soñé que me iba al trabajo y que tenía una campera rara, con un gato en el bolsillo, y que había un asiento vacío en el colectivo y una señora que no quería sentarse, y eso me daba mucha bronca. Anoche soñé que te gritaba tanto pero tanto que me angustiaba y a pesar de darme cuenta que estaba soñando no podía evitar el dolor y me iba de la casa cerrando la puerta de un golpe y bajaba las escaleras y bajaba las escaleras y bajaba las escaleras y bajaba las escaleras hasta que me caía en un pozo (me desperté). Anoche soñé que me llamabas al trabajo y te decía "mi amor, mi amor, ¿en serio me querés de nuevo?" y yo estaba alegre, muy alegre, aun sabiendo que era un sueño, y miraba por el balcón y un montón de personas feas me saludaban y yo me ponía a correr por la calle, y me encontraba con una persona que hacía mucho no veía, una ex novia que en realidad no era una ex novia, que no tenía su cara pero que era ella, eso lo sabía en el sueño, y hablábamos como dos personas adultas, nos contábamos nuestras cosas, tomábamos un café, nos despedíamos y volvíamos a nuestros trabajos. Anoche soñé que mi papá se moría y lloraba en el entierro como nunca pensé que iba a llorar, a pesar de saber que estaba soñando; me daba tristeza verlo ahí, tan irreal, pez pescado, fuera del agua, carne muerta, y sin embargo en el sueño nunca lo veía a él, a mi papá muerto. Anoche soñé que me enamoraba de una chica muy linda, que se me hamacaba y se hamacaba y tenía un vestido verde (le daba la luz del sol en la panza), que me decía que me quería, que no, que la muerte no, que la muerte no existía, que la muerte no existía porque ella, que la muerte no existía porque ella iba a estar ahí, que la muerte no existía porque ella iba a estar ahí para decirle a la muerte que no, que no existía porque ella iba a estar ahí; tenía un hijo con esa chica linda, y una hamaca y una pared descascarada y feliz. Anoche soñé que te conocía de nuevo, que de un golpe reescribía nuestra historia, que te pedía que olvidaras un poco, que la vida es una, que es un sendero, que es un camino, no dos ni tres, uno, y que madurar es aprender que el camino es uno, que no pueden ser dos, y que acá está nuestro camino, así que olvidáte un poco, dame la mano, todo puede cambiar. Anoche soñé que me despertaba y que te pedía que te casaras conmigo, para pegar el salto, porque sí, para cambiar por cambiar nomás, para forjar el camino, y entonces me volvía a dormir para despertarme y no soñar más.

19.6.08

De estar estando

Caminaba por Tucumán como quien no quiere caminar, arrastrando los pies contra el barro seco, mirando el cielo y las nubes y sabiendo que todo era absoluto, que no había más allá, que su mirada lo abarcaba todo hasta el fin. Sin saberlo, era sabio. Como pasa siempre con los sabios. Los sabios que saben que son sabios son ostentadores, falsos profetas, ladrones, mentirosos, escoria. Él era un hombre sabio porque era profunda la tierra que pisaba, porque contento estaba de sólo estar estando. No sabía lo que era un amigo porque no entendía lo que era desconocer a alguien, ignorarlo, no aceptarlo como un conocido, como un hermano. Por las mañanas arreglaba un auto viejo que tenía, pero sólo por arreglarlo, no quería ir a ningún lado. Estaba ahí, viejito, le dio pena, y lo estaba arreglando. Su mamá vivía en la casa de enfrente, era viejita como el auto, oxidada, sin colores, desgastada. Nunca le había dicho que la quería a la mamá porque no hacía falta decir que la quería. ¿Por qué habría él de no querer a alguien? No comprendía la distancia, simplemente porque la distancia es un concepto enfermo. Estaba ahí, simplemente, ahora, simplemente, pero sin saber que estaba ahí y ahora. Eso sí, había que trabajar, porque una vez los zapatos se le desgastaron y no pudo comprarse unos nuevos. Entonces tuvo que trabajar. Con sólo dieciocho años construyó una casa, junto a otros amigos, que después tuvo que abandonar. Era una casa linda, enorme, un trabajo de esclavos, y le dio pena dejarla solita, como al auto y como a la mamá, a los que tuvo que dejar para ir a trabajar. Tanto trabajo para que después vinieran otros extranjeros a quedarse con la casa. Y entonces, como un relámpago, supo de la existencia de otros, de desconocidos, conoció al distante, al enemigo. Había alguien que no era amigo, y era el dueño de la casa. No lo conocía, nunca lo había visto, no era de Tucumán, y se quedó con su trabajo. Le dio bronca, y se prometió no trabajar más para otro. Al otro día arregló las goteras de su casita, después le pintó el dormitorio a su mamá; luego se hizo una granjita en el fondo (tomate, lechuga, zanahoria, para empezar). Se sentía bien. A la mañana siguiente caminó hasta el centro para comprar repuestos para el auto. Así pudo vivir tranquilamente durante un tiempo, hasta que su mamá se enfermó gravemente y no pudo darle los remedios que necesitaba. Había que trabajar de nuevo, de lo que sea, cuanto antes. Le prometieron cien pesos por subirse a un micro e irse hasta Buenos Aires. Tan lejos, pensó él, ¿qué voy a hacer allá? Le daba pánico dejar de pisar la tierra. Pero lo hizo. Durante el viaje la angustia lo envolvió como una sábana de fuego helado. Pensó en su casa de antes, la de su mamá, y en lo inmenso que era todo entonces, de chiquito, el dormitorio como una nave, el comedor como un estadio, el patio como un bosque, y era tan sencillamente feliz sin saberlo. Y ahora en ese micro lo desgarraban, lo arrancaban como a un yuyo. El viaje lo alejó del cielo, para siempre. Al llegar a la Plaza de Mayo, se espantó al ver a tanta gente que lo ignoraba, a tanto desconocido, a tantos como él y sin embargo tan diferentes. Estaba perdido, con un poco de bronca, cuando en un momento de lucidez se dio cuenta de algo inexpresable, indecible, un pensamiento que no era todavía pensamiento y que por eso era bello como el viento: simplemente el sol amable de otoño le dio en la cara y lo comprendió todo sin palabras. Luego pensó en Tucumán, en el regreso, y se le borró la noción del tiempo y del espacio y una farola le partió la cabeza y lo mató.

-La noticia-

17.6.08

Ciudades ardientes

Las palabras caen en el horno de la muerte cuando se las pasea con peluquín por la calle, con la correa en el cuello, avergonzadas, humilladas, y pierden todo valor. Las bombas que se tiran y machacan la tierra y se llevan vidas dejan desperdigadas palabras que ya no sirven. El sabio sube a la montaña y no dice, sólo cuando baja y se mezcla con el resto de los mortales habla, y al decir da vida, y al decir las cosas cobran sentido. ¿Hay algo que no sea palabra? Incluso antes que los pensamientos, los objetos se nos presentan en forma de letras, que ordenan el caos, que le dan aire a la noche oscura... en forma de palabras que unen los puntos entre las estrellas. Dicen "libertad" y la libertad no es más que una palabra, no es más porque no hay nada más allá, y si lo hay es lo incognoscible. ¿Hasta cuándo vamos a buscar lo que no está? Más allá de las palabras, el grito, que no sería grito si no supiésemos que "eso" es un grito, y que está más allá de las palabras. Por eso, cuando se bastardean las palabras, cuando se las humilla, la monumental empresa de darle sentido a la vida se torna imposible. Los medios, los políticos, los publicistas, el sentido común, la educación escolar, todos son los sepultureros de las palabras. O peor: son los profanadores, porque no se conforman con enterrar el sentido sino que lo desentierran para pisotearlo, escupirlo, usarlo, y volverlo a enterrar. Dicen "democracia", dicen "inseguridad", dicen "hambre", dicen "justicia", pero no se detienen a pensar las palabras, a dotarlas de sentido poético, y cuando una palabra es malintencionada, cuando se usa para mentir deliberadamente, entonces no hay confianza, y si no hay confianza no hay diálogo, y si no hay diálogo hay enfrentamiento, y si hay enfrentamiento hay soledad, y si hay soledad hay alienación, y si hay alienación hay muerte, no hay futuro, no hay esperanza porque la "esperanza" ya dejó de ser "esperanza" para transformarse en un concepto hueco sin sentido donde los poderosos colocan el significado que les conviene. "Libertad", ¿hay una palabra más hermosa y más bastardeada en la historia de la Modernidad? Se ha asesinado, se han destruido culturas en nombre de la libertad. Sin dudas, no es la libertad que yo conozco, no es la libertad de los que dejaron la sangre en la Revolución Francesa. ¿No son acaso las revoluciones luchas violenta por darle un nuevo sentido a las palabras? Libertad burguesa por libertad total, igualdad de mercado por igualdad de hermanos. Las palabras son las mismas, los significados diferentes. Sin embargo, esta diferenciación tan básica para comprender nuestra realidad se deja de lado por conveniencia. Se pisotean las palabras para que nadie crea en nada ni en nadie. ¿Qué vale la palabra del otro? En las culturas antiguas la palabra lo era todo, era la memoria, era la cultura, era la vida. Ahora, en este mundo de empresarios leoninos, de políticos sin escrupulosos, de medios masivos idiotas, el mundo de la poesía se resiente y está cada vez más lejos de ser conquistado. El poeta dice: "Y a la aurora, armados de una ardiente paciencia, entraremos en la espléndidas ciudades", y cuando pone el punto final lo que dijo no puede ser dicho de otra manera. Tratar de traducirlo es bastardearlo, porque no hay traducción posible. Enredados en la telaraña comunicacional, hoy todos hablan, todos opinan, en internet pululan los sabiohondos, cada cual ejerce la "igualdad" de una manera irresponsable, y haciéndolo daña el lenguaje de una manera casi irreversible. El cuchillo que se le clava a la palabra cuando la mayoría de los políticos (esos títeres patéticos) la violan y la amordazan para darle un significado perverso es más peligroso que cualquiera bomba, que cualquier dios muerto y que cualquier ley infringida. Las palabras deben ser como pequeñas palomas a punto de morir a las que colocamos sobre una manta para que salgan a volar de un solo soplo.

10.6.08

Blog

11-12-2006
Aunque dure poco, es un remedio jajaa, en fin me da lo mismo... necesitaba otras sandalias, y necesitaba una cartera? bueno nose no estoy muy segura jaja, pero me la compre igual, ayer ademas fue un dia relajado, primero lo de siempre tomar sol, bañarme..... pero despues en la tarde tarde, salimos con mi hermana y mi mama, vitriniamos compramos y tomamos helado, fue lindo asi como tierno, jaja, nose es como que me siento acompañada en esos dias donde el animo es un asko y todo esta mal, ahi estan ellos mi familia y es muy cliche pero es muy cierto, y claro a veces los alejo y otras veces los he alejado por otras personas supuestamente mas imporantes en ese momento, pero me doy cuenta que al final esas personas no estan se han ido, y quienes siguen incondicionales son ellos... well supongo que a si tiene que ser, pero no todos tienen la misma suerte!

12-12-2006
a la maniana fuia visitar a mi abuela que se compró un perro pequinés creo… fui con una amiga, verito se llama, pero se aburrió, y me mandaba mensajes al celu por mas que estuviese al lado mio, me desia vamos vamos y estaba re al lado mio, jaja… pobre mi abuela, está muy vieja gaga ya, no entiende nada, se compra un perro para hacerle compania y es re triste eso asi como un poco patetico, tipo la gente que se muere pero no quiere pensar en que se va a morir un dia, por suerte existe lo bueno tambien, como mañana que vamos a i r con mi mama , al shopping jajaja… después con verito fuimos a ver una movie, nose, media pedorra, muy lenta y no entendí al final… en fin…

13-12-2006
shit--- tuve mi regalo de navidad de adelanto, jaja, vino mama y me dice tomá tu regalo por este año que tuviste fue difícil, y tiene rason si me pongo a pensar en el examen que salii malo, o sea todo mal… pero el regalo OH MY GOSH, cuando lo abri era un dvd… no una peli jaja, nooo, un maquina para pasar dvd for my room… tipo re lindo pero nose ponerlo jaja y tuvo que venir mi primo pobre, todo enredado con cables yo le ofresi jugo, no tiene alcol me dijo, jaja, me puce a pensar en mi primo y en la familia a beces no les digo que los re quiero, seguro que a fin de año cuando llegue navidad se los voy a decir o sea si da…

15-12-2006
Es uno de esos dias que no da para pensar, estoy cansada de los sentimientos, porque es tan difísil??? … el amor no existe o sea por ahí si en algunos casos solitarios, unicos o sea, pero es mentira cuando te lo disen… te amo y después no, o sea como es? En mi ultima relacion que tuve muchas veses me cuestione de si realmente amaba , muchas veces y después entre en la etapa de confucion y bla bla bla… bullshit!! Jaja, para que decir tan facil te amo cuando es calentura, no lo puedo o sea, no entiendo…

16-12-2006
“ I'm so tired of being here... suppressed by all my childish fears... and if you have to leave... I wish that you would just leave”

18-12-2006
ayer fui re normal, bah re normal mas o menos porque estuve todo el dia vestida con pijama en la compu hablando por msn, jaja, muy tranqui, hasta que llegó mi primita y me sacó porque yo estaba chatiando por msn con cam y vino mi primita y me saco y se puse a coquetear, con el que estaba hablando conmigo, onda le tiraba besitos… you wish, baby, you wish, jajaja…. Estaré deprimida???

19-12-2006
falta poquito para navidad y se supone que se tiene que hacer un balanse y la verdad que este anio fue difícil para mi por el examen y por fede , porque todavía lo re estranio aunque nose, es como que a la ves que lo estranio no quiero estar mas con el asi en pareja, por ahí un touch and go, jaja, no en serio, fede si lees esto era joda jaja, en serio te estranio pero como que ya fue lo nuestro pero uno se queda pegado a las personas, el sentimiento dice una cosa y la mente dice otra… que problema!! gosh… i wish esto fuera fasil y lo es grasias a mi mother que me re apoya y cuando me ve llorar en my room me ayuda, o sea grasias a ella todavía sonrio… jaja yo pensando en fede y es mi graducion y nesito urgente!! pensar en la ropa que me a poner… tragedia!! Jaja,, es hora de comprar y me gradue chicas, jaja, amazing, creo que me voy a tener que maquillar para tapar esta cara de culet que tengo. jajaja

9.6.08

El hogar

No sé, mirá, es tan difícil partirse después que el perro pasó la lengua por la herida y la hizo sanar, después de acariciar el gato arisco y hacerlo ronronear. Pocas cosas hay más tristes que este ir vos para un lado y este ir yo para el otro, y tan inexplicable y tan sencillo como quebrarle una rama a un árbol, tan absurdo como la ardilla que te clava los dientes en la garganta y que desciende hasta el pecho y no te deja salir de tu cuerpo. Qué sé yo, siempre el arrepentimiento, siempre las metidas de pata, y yo soy tan imperfecto, y por qué entonces ese elefante que se instala en mi cabeza y me dice que no, que el pasado está ahí, más vivo que mañana y más muerto que hoy, pero ahí, contra el rincón, mirálo, ¿no podemos hacer algo por él? Tomá el café, que se te enfría, pero no me pongas esa cara, ¿estás apurada? Hace frío. Partamos esta galletita mezquina, si querés, y vos comés un pedazo, el más grande, sí, te dejo el más grande, y yo me como el otro, mirá, eh, ¿por qué no me das la mitad de tu sombrero? Si querés, la parte más chica. Con eso me quedo contento. Como con el hogar, siempre quise volver al hogar, la cosa es que no sé dónde está, y vos me diste el hogar, estaba en ningún lado, estaba con vos, vos eras el hogar, el calor, y yo era la mitad de la galletita, la más pequeña, viviendo dentro tuyo, perdida, siempre compartida. El hogar se fue, ¿qué voy a hacer? Decíme. Si querés cierro los ojos, si querés cruzo la calle, si querés me subo al techo del colectivo y me voy lejos, y sin embargo siempre voy a desear la vuelta al hogar. Está saliendo el sol, pero no te vayas, terminá el café. Los vidrios se empañaron.

4.6.08

Los días sin él

Mariana llegó de trabajar, tiró la campera sobre el sillón, se sacó los anteojos, se preparó algo para comer y se tiró a dormir la siesta. Como todos los días. Hasta ese día. Luego ya no llegaría de trabajar ni tiraría la campera sobre el sillón. La campera se quedaría allí, cansada, sobre el sillón oscuro y apenas sucio. Mariana se levantó de dormir la siesta, se preparó un té y se quedó mirando por la ventana. Estaba por llover. Pero no llovió. Tomó el té, y el edificio ese de enfrente, tiene algo triste, es imperturbable y triste, hace cuánto que está ahí, solo, a la intemperie, es tan absurdo, tan pobrecito. Mariana tiró el saquito y sacó la basura. En el pasillo se cruzó con la vecina del 1 B. Era rara, nunca salía de la casa. Mariana volvió al departamento, prendió la televisión, pidió comida hecha. La comió. Se acostó. Se despertó. Se volvió a acostar. Nunca más fue a trabajar. Abrió la heladera y pensó en cuánto podría sobrevivir con lo que había allí. Un mes, mínimo. Se tiró en el sillón y esperó. No llovió tampoco ese día. Su tres cactus estaban secos y a uno le asomaba un hijito. Les dio agua y los reacomodó, más cerca de la ventana, sobre la mesa del comedor. En el otro ambiente, arriba de la cama, había un sobre viejo, nunca abierto. El sol empezaba a rajar las nubes. Se preparó algo para comer: milanesas con huevo frito. Hacía mucho que no se cocinaba eso. Estaba contenta. Luego de comer hasta cansarse, se sentó y miró la televisión. Se durmió una hora después. El camino estaba lleno de zorros que la miraban y aparecía José, un compañero de trabajo, que le decía que la quería y a ella le parecía natural, y los zorritos naranjas al lado de José, sé que estoy soñando, sé que mi papá no se murió, no, mi mamá está triste, pero es un sueño, pero por qué esta angustia, es un sueño, José, nunca te conocí demasiado, dónde vas, cuidado José, los zorros, tu papá está muerto, Mariana, y está triste ese hijo que. Se despertó. La pava silbó. Acomodar su ropa, un pulover rosa, con ese perfume, le trajo recuerdos lejanos, casi olvidados. Tuvo ganas de llorar pero no salieron las lágrimas. Decidió limpiar el piso, pero bien, hasta el último rincón. Luego durmió la siesta. Se levantó dispuesta a cocinar algo rico. Una tarta de queso o de carne. Sacó la carne picada del freezer. Fue al baño y se miró en el espejo. Estuvo un rato así, sin pensar en nada, extrañada ante su cara, buscándose defectos y diciéndose que no, que no era tan fea. En vez de tarta se hizo ñoquis. Comió frente al televisor, lavó los platos, se acostó. Y justo antes de despertarse, un mes y medio después, tocaron el portero. Era José. Le pidió subir. Mariana no supo qué decirle. José insistió, le aseguró que era algo urgente, que se iba enseguida pero que tenía que decírselo, que la había llamado por teléfono y no contestaba. Mariana apretó el botón. José subió. Le preguntó por qué no iba a trabajar, que todos estaban preocupados, y que su mamá quería comunicarse con ella y no podía, porque tu mamá no puede moverse, Mariana, y vos lo sabés, y encima imagináte su angustia al no saber nada de su hija y además soportar la muerte de su esposo, tantos años de casados. Mariana no tenía ganas de llorar pero las lágrimas se le escapaban. Quería frenarlas y era para peor. Se sintió en la cima de una montaña fría, sola entre la nada. José la abrazó. Mariana pensó "me quiere" y no pudo y no quiso parar de llorar.

1.6.08

La necesidad

Cuando tenés hambre, necesitás un pedazo de comida. No hay regla más básica. Los humanos sufrimos de esa necesidad durante miles y miles de años (y lo seguimos haciendo, aunque por otras cuestiones), infinitos años en los que el tiempo no pasaba como ahora, donde cada día era el último día porque el hambre apremiaba, donde la felicidad, el bienestar, estaban asociado con comer y descansar para al otro día cazar, matar, comer. Y descansar. El hombre es un animal bastante inútil en ese sentido: sólo cuando usó su inteligencia y fabricó instrumentos para matar pudo sobrevivir. ¿Hay acaso algo más grande, más emocionante que esa lucha por la supervivencia? Eso, y no otra cosa, es el amor. Por hechos históricos desgraciados, mucho se malinterpretó el sentido heroico y profundamente humano de la supervivencia del más fuerte. Los que critican, claro, ya no tienen que salir a cazar, sólo van al supermercado más cercano y compran lo que quieren y comen y duermen y se horrorizan por la crueldad de la naturaleza (que no es crueldad, es belleza). Al progresar a muchos los consume el tedio y se inventan problemas, dramas, angustias superfluas. Cuando ya no tenés hambre y te sobra el tiempo, entonces te preguntás para qué vivís. Cuando ya tenés abrigo y cama, no podés dormir por el insomnio. Cuando vivís en una comunidad donde supuestamente estás interactuando con otros, buscás el amor y no lo encontrás. El amor no es la entrega, así como comer no es cenar con servilletas. El amor es necesitar ser amado. No se trata de esforzarse en el sentido romántico del esfuerzo; el amor es llorar y ser abrazado, no abrazar cuando el ser amado llora. Eso es caridad, piedad. Cuando estás con alguien mucho tiempo y lo extrañás y el tiempo se escurre y es doloroso, eso es amar. Si hay un concepto que destrozó el corazón de los hombres, es el del romanticismo. Nos educaron para pensar que el amor llega solo, que existe el amor ideal, que nos enamoramos de una sola persona y que esa persona está predestinada a encontrarse con nosotros. No hay mentira más grande. El amor se crea, se inventa, se construye, se miente. El amor no es algo que nos viene dado. El amor se busca, y dicha búsqueda implica un esfuerzo, el esfuerzo de la humildad y el esfuerzo por comprender al otro. Sin comprensión total del otro, no hay amor. El que ama a una sola persona no ama a ninguna persona. El amor no es exclusivo, no es propiedad privada, pero el amor tampoco es el noviazgo ni la ostentación de la belleza, ni el beso ni la caricia. El que no ama al árbol es porque no lo ha contemplado lo suficiente. El que es capaz de amar observa a una cosa hasta que la cosa se le hace propia, y entonces la ama, y entonces ya no puede vivir sin la cosa. Puede ser un árbol, una flor, el mar, una pulga, un hombre, una mujer. ¿Cómo pretendemos amar a una mujer si no contemplamos la abeja? Amar no es encerrarse y tirar la llave, amar es mirar para adentro, saber que nos morimos, mirar a nuestro objeto amado y apretar los dientes y mirar a la muerte y decirle chau, chau para siempre, para toda la eternidad, que es un segundo. No existe el amor a primera vista, existe el enamoramiento. Ahí está el error. Muchos piensan que el enamoramiento, en el sentido de excitación sensual y sexual, es amor, y se casan y se conviven pero no se aman, y se divorcian argumentando que “ya no sienten lo que sentían”. Es decir, ya no sienten lo que nunca sintieron. Lo que se llama “amor platónico” es algo que está muy bien, que incluso puede inspirar poemas bellos, pero nada tiene que ver con el amor. Cuando el humano cazaba, mataba, comía, entonces amaba al mundo, era parte de él; cuando se deslindó de esas necesidades, cuando las intermedió, se alejó del mundo y ya no lo amó. Lo mismo ocurre en las relaciones sociales. Sobrevivir como especie es vencer a la muerte, por lo menos por un momento (pero ya sabemos que todo lo humano es momentáneo, y por lo tanto eterno). Lo mismo ocurre con el amor. No existe tampoco tal cosa como “el amor desinteresado”. ¿Cómo algo puede ser “bueno” o “correcto” si es desinteresado? Interesarse por algo es el primer paso para comprender. ¿Cómo puede uno entregarse sin esperar nada? Hay que esperar todo, necesitarlo todo, tener un gran hueco en el corazón y una gran voluntad para rellenarlo. Hoy nos espantamos frente al matrimonio por conveniencia, y sin embargo ¿no son están todos los matrimonios basados en la conveniencia? Antes, por lo menos, nadie creía en el amor romántico y nadie esperaba a su príncipe azul. Simplemente le presentaban a una persona y la aceptaban y la amaban. ¿Pero cómo?, dice el ser amado, ¿no soy acaso yo único para vos, me decís que soy reemplazable, que no soy mejor que otros? Todos somos reemplazables, aunque nos duela aceptarlo, y está bien que así sea, es algo noble. El veneno que nos introdujeron en la venas se llama Ego, y no hay que confundir el exceso de Ego con el amor. Que, en el fondo, todos seamos reemplazables, dado que somos parte de la naturaleza y por ende morimos, no significa que no haya personas “especiales” para nosotros. Lo que jamás debemos olvidar es que se trata de una construcción. Esto no lo invalida ni lo hace menos verdadero, sólo lo pone en su lugar. Todo lo humano es construido: un edificio, un puente, las palabras, el amor. Lo grande, lo verdaderamente grande, no es “lo que viene dado”, sino lo que se construye. De todas las formas de amor que existen en el mundo, quizás la más noble sea el amor de una pareja. El amor a la familia es algo que “viene dado”, es decir nos obligan a querer a nuestra madre, de lo contrario somos parias. El amor a otro cualquiera, a una mujer, a un hombre, ésa es la naturaleza del amor. No hay nada previo que nos una, simplemente el azar nos juntó y construimos todo de la nada. Como el ser humano lo hizo, en la selva, bajo el universo frío, cuando cazaba y dormía y descansaba y era feliz.